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El bingo online, conocido como tómbola en algunos lugares, es uno de los juegos de azar más jugados de todos los tiempos. Quizás sea por la sencillez que presenta, que hace que la gente pueda hacerse con sus normas de una manera bastante rápida, o el componente social alrededor de él, ya que suele jugarse con mucha más gente. Sea como sea, este pasatiempo ha estado presente en diferentes épocas y momentos, en los que los ciudadanos han jugado a él. Pero, ¿dónde y cómo apareció este juego?
Los orígenes del Bingo
Aún a día de hoy los orígenes de este juego al que se juega mediante la extracción de bolas marcadas por números de un tambor que a posteriori son marcados por los participantes, es un misterio sin resolver. Aunque aún haya debates sobre dónde y cómo apareció, encontramos diferentes informaciones que podrían acercarnos a sus orígenes. Algunas de estas cuentan que proviene de la época romana, dónde se jugaba a un juego en el que se realizaban sorteos con diferentes figuras y símbolos, que había que ir marcando en una pequeña tabla de madera.
Otra de las versiones que encontramos se afirma que el juego de bingo que conocemos, y al que jugamos, en la actualidad proviene de la Italia del siglo XVI. El nombre del juego que dio lugar a este es el de Lo Giocco del Lotto d’Italia, una especie de lotería de la época. El juego poco a poco se fue extendiendo a otros países vecinos como Francia, en el que se le dio el nombre de Le Lotto en 1770. En este periodo histórico sólo tenía acceso a él la nobleza, aunque poco a poco esto fue cambiando gracias a la extensión del mismo por toda Europa.
Es así como los alemanes llegaron también a jugar a un tipo de juego con características similares en el siglo XIX. Aunque en este caso se empleaba mayoritariamente con una función didáctica, que aún a día de hoy pervive.
El beano, la versión que creció en los Estados Unidos
El éxito del juego en Europa hizo que los inmigrantes europeos que cruzaron el charco hacia los Estados Unidos se lo llevasen con ellos. Este juego se solía practicar sobre todo en ferias y carnavales. Para su desarrollo contaba con un crupier que se encargaba de extraer discos numerados dentro de una caja. Los participantes, por su parte, se encargaban de marcar los números que iban saliendo en sus tarjetas con judías. Si lograban completar el cartón con los números que iban apareciendo cantaban en voz alta: ¡Beano! Una palabra que le dio nombre al juego durante un largo periodo de tiempo, proveniente de la palabra inglesa bean, que no es otra cosa que una judía.
La aparición de Edwin S. Lowe, el padre del bingo moderno
Es en este momento en el que entra en escena este personaje, Edwin S. Lowe, un vendedor de juguetes. Lowe visitó una de las ferias estadounidenses, la de Atlanta en el año 1929, momento en el que vio la gran expectación que estaba generando el juego en la población que no querían que los locales en los que se jugaba se cerrasen.
Tanto fue el impacto que tuvo sobre él, que a su vuelta a la ciudad de Nueva York siguió pensando en este juego y cómo podría acercarlo a los habitantes. De este modo se encargó de comprar diferentes materiales para recrear una partida de Beano en su propia casa junto a sus amigos más cercanos. Durante este momento, que forma ya parte de la historia del bingo, Lowe pudo ver como el interés que había visto en la feria estaba también presente entre sus amigos.
Fue tan grande la expectación que causó entre ellos que, uno de ellos, que había logrado completar su cartón con los números que habían sido extraídos, gritó a todo pulmón con nerviosismo: ¡Bingo! En lugar de Beano. La palabra hizo tanta gracia al vendedor y al resto de jugadores que decidieron darle este nombre al juego, que no es otro que el nombre con el que lo conocemos hoy en día.
Pero no fue solo eso lo que hizo Lowe por el bingo. Para aumentar las opciones y el número de combinaciones disponibles en los cartones, contrató a Carl Leffer, profesor de matemáticas en la Universidad de Columbia. Juntos lograron generar y diseñar lo que serían 6000 combinaciones diferentes. Lo que minimizaba la cantidad de grupos que se formaban con números diferentes y los conflictos que se generaban cuando más de una persona cantaba ¡Bingo!
El boom del bingo en los 80 en España
Aunque como en el resto de los países el juego había llegado a España, no fue hasta los 80 cuando se convirtió en uno de los más populares. En aquella época eran muchos los locales que ya ofrecían el juego de bingo entre los disponibles. Algo que podemos seguir viendo en la actualidad, ya que no solo siguen quedando una amplia cantidad de salas en todo el territorio, sino que siguen ofreciendo este juego en diversas variantes como su versión de Vídeo Bingo, en la que la acción del juego ocurre en una pantalla.
La evolución del bingo hacia lo digital: el bingo online
Pero su historia no acaba aquí ni mucho menos. Con la evolución de las tecnologías y la creación de la red Internet se generaron nuevas formas de entretenimiento accesibles por los usuarios de todo el mundo en cualquier momento. Algo que rápidamente captó la atención de los creadores de juegos de bingo y vídeo bingo presentes en las salas físicas, dando lugar a sus versiones online que conocemos hoy en día. El primer juego de este tipo disponible en la red fue Bingo Zone, un título que abrió el camino al bingo en línea actual que podemos encontrar en la página de YoBingo.
FAQ
Bingo, vídeo bingo y bingo online ¿Cuál es la diferencia?
Conocemos como bingo al juego de mesa tradicional que se juega en los casinos físicos, así como en los hogares de miles de ciudadanos. Con vídeo bingo nos referimos a la versión en vídeo del mismo juego que está disponible en locales de juegos de azar. Mientras que el bingo online es la versión digital disponible a través de internet gracias a una conexión a la misma y un dispositivo.